El Museo Folklórico Provincial Gral. Manuel Belgrano se fundó en 1943 por Rafael Jijena. En él se reivindican, preservan y sociabilizan objetos y conceptos propios del folklore de los pueblos norteños de Argentina. Actualmente, el Museo mantiene activa su página de Facebook semana tras semana. Al igual que otros, participa de la muestra Museos virtuales en tiempo de cuarentena. De esta forma, hace llegar a todos, mediante fotografías, los invaluables tesoros que en él se encuentran.
Recorrido en palabras por el Museo Folklórico
El Museo expone diversas temáticas vinculadas al folklore local, provincial y regional. En él, entonces, se reúne un variado patrimonio contextualizado. De este modo, el visitante conocerá a qué periodo pertenecen los objetos y cuáles son sus significados.
En el recorrido se puede disfrutar de la historia del Obispo José Eusebio Colombres, asi como de objetos vinculados a la restauración del edificio y a la randa. También se encuentran elementos relacionados con las artes, música y rituales. No faltan los atuendos artísticos, cajas bagualeras e instrumentos musicales típicos. Además, quienes lo visiten tendrán la suerte de apreciar la escultura del Misachico y la pintura Los promesantes, de Iramain. Hacia el final se encontrarán con la Sala Mercedes Sosa. En ella se expone un audiovisual biográfico, un cancionero y el atuendo artístico de la cantautora tucumana. ¡Imperdible!
En un principio, una casa de estilo colonial
Las paredes del recinto donde funciona el museo comenzaron a levantarse hacia 1745. Porque fue construido en el Periodo Virreinal, su estilo arquitectónico se define como domestico-colonial. Sin dudas, la construcción destaca entre las otras de su cuadra. Esto explica que el lugar se declarara de interés patrimonial, no solo a nivel provincial sino también nacional.
El encargado del museo, Carlos Piñero, relata que en el transcurso de 280 años, la vivienda fue sometida a una serie de reconfiguraciones edilicias que inciaron a principios del siglo XX. De ahí continuaron según las necesidades impuestas por distintas re-funcionalizaciones. ¿A qué nos referimos? a que el lugar sirvió a distintos fines. Primero como espacio doméstico, luego como capellanía, más tarde como Museo Policial y finalmente como Museo Folklórico.
Como mencionábamos, el sitio en un primer momento era una casa de familia. Fue durante el siglo XIX, que Santiago Colombres (hermano de Eusebio Colombres) junto a Tadea Alurralde vivieron allí. Por su parte, el Obispo Colombres sólo habitó un tiempo la mitad Este de la casa, en 1857. Enfermó estando en Salta, por lo que se vio obligado a venir para Tucumán, en busca del cuidado de su familia.
El mito que mantuvo vivo al Museo Folklórico
El mencionado obispo José colombres 1778 – 1859) fue ese mito que salvó de la demolición a la casa que hoy alberga el museo. Hacia 1920, el gobierno provincial había adquirido la vivienda: dado el estado avanzado de deterioro, se tomó la decisión de demolerla para darle otro uso. Como la Casa de Gobierno se encuentra cerca de allí, parecía una buena idea utilizar el terreno como una vía de salida de autos.
Afortunadamente, el pueblo tucumano no se quedó de brazos cruzados. Para salvar la casa, invocaron a don José Colombres, argumentando que esta había sido su hogar. Sostuvieron que destruirla significaba atentar contra la imagen del Padre de la Industria Azucarera y Congresal firmante por la Independencia. Como dijimos, el Obispo solo permaneció allí un corto tiempo, mas eso no evitó la conformación del mito. Es gracias a él que hoy podemos disfrutar de este Museo.
Autor imagen destacada: Facebook Museo Folklórico Provincial General Manuel Belgrano.