El 15 de abril es el Día Mundial del Arte, es por eso que en esta oportunidad tendremos la posibilidad de que una tucumana experta en el tema nos ilustre sobre eso que tanto la apasiona. En la nota, hablamos con una descendiente de italianos y enamorada de la cultura: Carlota Beltrame.
Carlota, una forma de pensar
Carlota describe al arte como una manera de pensar. “Así como otros piensan con la palabra, en el arte se piensa con la imagen. Y eso se ve claramente en las imágenes renacentistas. El renacimiento surge en Italia porque hay una visión del hombre frente al mundo completamente distinta de la del resto de Europa, que todavía estaba dominada por la Edad Media. Y ¿qué significaba la Edad Media? Que el hombre estaba sometido a Dios que pautaba todo su mundo -y de la mujer también diríamos ahora-. Entonces, en Italia debido al comercio a través del mediterráneo y con la cultura latina de los romanos -que está a la vista a través de las ruinas que todavía sobreviven-, tenían una visión del mundo mucho más abierta y el arte empezó a reflejar esa apertura. ¿No es eso pensar con las imágenes?”.
Italia, familia y arte
“Desde muy joven me incliné por el arte. Tuve la suerte de tener unos padres que eran aficionados a la cultura. Recuerdo que compraban unos famosos libros llamados La Pinacoteca de los Genios que fueron los libros más populares de arte clásico que había que tener en esa época. A mi papá le gustaba el arte y siempre se sentaba conmigo y me explicaba las cosas que veíamos. Mi familia siempre me estimuló para desarrollar todas las aptitudes que tuvieran que ver con el arte. Desde niña tuve contacto con Miguel Ángel, Botticelli (que me encantaba y me sigue gustando), con Masaccio, con Giotto (que en aquel entonces no me gustaba tanto pero ahora lo adoro) y por supuesto Leonardo Da Vinci. Disfruté muchísimo entrando en ese mundo. Me vinculaba con Italia por medio de mi familia y del arte, que en ese país es increíble” comenta.
Raíces italianas
Su padre es hijo de Leopoldo Beltrame, un italiano oriundo de Frisanco. Carlota no escatima detalles para hacernos llegar la afinidad que tiene con sus orígenes italianos. Nos cuenta que este lugar había pertenecido a Austria antes de la unificación italiana. Es por eso también que tanto su abuelo como ella llevan nombres alemanes. Agrega que su apellido en realidad es de origen austríaco, italianizado. Actualmente, la casa de su abuelo en Frisanco es museo del pueblo.
Italia estuvo siempre presente en su vida. Cuenta que durante muchos años recibieron ejemplares de un diario de Frisanco llamado L’eco della Val Còlvera y que también se realizó una reunión de todos los Beltrame del mundo en aquel lugar. “Originalmente estaban afincados en Santiago del Estero, Santa Fe, incluso en Misiones. De hecho, una avenida de Oberá lleva el apellido Beltrame. Nuestra familia fue siempre generosa con el pueblo” añade.
La marca de escuela
Carlota nos ilustra con respecto al uso de la palabra <estilo> que muchos de nosotros usamos para referirnos -erróneamente como nos explicará- a los ‘estilos del arte’.
“Lo correcto sería utilizar la palabra tendencia. Porque el estilo está definido generalmente por una marca dominante, que se llama ‘la marca de escuela’. Actualmente, en el arte contemporáneo no existen las marcas de escuela.
En Tucumán, una escuela muy fuerte y notable fue la que marcó Lino Enea Spilimbergo. Este artista dejó su huella en el Instituto Superior de Artes de la UNT. Pintaba ojos y manos muy grandes, y así como tenía una gran influencia del arte clásico italiano también estaba en contacto con las vanguardias.
Spilimbergo adoptó bastante de lo que se llamaba ‘pintura metafísica’, característica de Giorgio de Chirico y podemos ver esa influencia en su serie de Terrazas” comenta.
Arte y actualidad
Podemos decir que el contacto más estrecho que tuvo el arte tucumano con el arte italiano fue por medio de Spilimbergo. Sin embargo, el italiano Atilio Terragni también dejó su huella en nuestra provincia -donde se había radicado-. Tal es así que la Escuela de Bellas Artes lleva su nombre.
“El arte contemporáneo, en nuestro mundo globalizado, no presenta características tan particulares y dominantes como antaño. En nuestros días no podemos decir que en Tucumán o en otra parte hayan rasgos muy específicos, y tampoco que tengan algún vínculo en concreto con los rasgos que han definido el arte en otros países como ser Italia. Pero en sus orígenes sí. El arte académico tucumano se adaptó y fue dialogando con sus propios tiempos”.
Carlota nos ilustra
“Actualmente los jóvenes pueden tener referentes de cualquier parte del mundo, aunque en Italia siempre se produjeron cosas maravillosas que sí aparecen mucho en nuestra plástica. Tenemos por ejemplo el arte povera que es una tendencia que surge ahí, y utiliza desechos industriales posteriores a la Segunda Guerra Mundial. Trabaja en fábricas y estaciones de trenes abandonadas, y utilizando materiales extraacadémicos -que no son ni el óleo ni el mármol- sino carbón, madera, durmientes, etc.
También tenemos la Trasvanguardia italiana que revisará los conceptos de la pintura tradicional para valorizar ‘la mala pintura’. Aparecen chorreaduras, deformaciones, desprolijidad. Era italianísima e influenció al resto del mundo dando lugar a una pintura que ya no respetaba las maneras de hacer que nos venían de la tradición italiana del Renacimiento: todo bien hecho, bien representado.
Todavía podemos ver su influencia, no solo en Tucumán, sino en el mundo en general” finaliza Carlota.
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Qué interesante!
Muy bueno.