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La influencia italiana en la vida de Lola Mora

Lola Mora - En Su Taller Foto

Si uno camina por las calles céntricas de San Miguel de Tucumán y habla con cualquier transeúnte, la respuesta a si saben quién es Lola Mora va a ser afirmativa. Ahora bien, si le preguntás dónde ver una escultura de su comprovinciana, el silencio y alguna mirada desorientada será la respuesta más común.
Como la describió la autora italiana Neria De Giovanni, en su libro “Lola Mora, la argentina de Roma”, se trata de una figura misteriosa de la que se ha escrito poco, no se sabe mucho y encontró en Roma su lugar para florecer como artista.

Una tucumana suelta en “la ciudad eterna”

La tucumana llegó a la capital italiana en 1897, con 30 años de edad, tras ganar una beca del gobierno por su actividad en la pintura. Diseñó e hizo construir un palacete estilo Liberty en el lujoso barrio Ludovisi de la capital. Actualmente funciona un banco donde era el taller atelier de Lola Mora en Via Romagna, calle paralela a la Via Veneto.
En plena Belle Epoque, Lola Mora, bella y exótica mujer venida de tierras lejanas, había conquistado fama y éxito en la ciudad eterna. En su elegantísima vivienda, en la que residió hasta 1914, solía recibir a artistas, nobles y personajes ilustres. Entre algunos se destacan las reinas Elena y Margherita o el escritor Gabriele D’Annunzio. Solía frecuentar el famosísimo Caffé Greco de la Via Condotti, donde se codeaba con la nobleza romana, que la celebraba.
Lola al llegar a Roma siguió tomando clases de pintura y fotografía, pero se volcó a la escultura al conocer a quien sería su futuro maestro, Giulio Monteverde. Monteverde, es el autor del monumento a Giuseppe Mazzini en Plaza Roma de Buenos Aires (1879), de la estatua de Cristo Muerto en el cementerio de La Recoleta (1881) y del monumento a Vittorio Emanuelle II (1881) en Rovigo (Italia). «Si usted no me toma, yo me vuelvo a Buenos Aires», lo amenazó la becada argentina para conseguir su objetivo.
Abandonar la pintura le provocó la pérdida de la beca brindada por el gobierno argentino que la llevó a Italia, pero con su firmeza característica, la tucumana no cedió ante las desavenencias y no volvió a la pintura.

Retorno a Argentina y una escultura histórica

Durante su época romana, Lola Mora fue acumulando fama, éxitos y dinero, mientras se nutría de las vanguardias europeas. Viajaba periódicamente a Argentina para cerrar esculturas y trabajos con el gobierno nacional y los gobiernos provinciales en 1900.
Entre sus obras más destacas producidas en Roma para Argentina se encuentra la celebérrima Fuente de las Nereidas– con alusiones directas a la mitología romana-, pensada por la escultora para la Plaza de Mayo. Al llegar la obra a Buenos Aires, bastó que se quitaran los velos que envolvían al grupo escultórico para que el espanto de la visión de los cuerpos desnudos y contorsionados desatara el escándalo.

Lola Mora - Fuente De La Neridas Turismo En Argentina
Fuente De La Nereidas. (PhotoCredit: Facebook Turismo en Argentina)

El acuerdo establecía que la estatua se ubicaría en Plaza de Mayo, al Frente de la Catedral Metropolitana, lo que fue considerado inaceptable por las características de la obra. Más tarde, por insistencia del presidente Bartolomé Mitre se la instaló en las inmediaciones de la Casa Rosada.
En 1909 se casó con Luis Hernández Otero, el amor de su vida, un hombre 15 años menor que ella. El peor golpe de su vida fue descubrir, años más tarde, que éste la traicionaba con una pelirroja italiana en el jardín de su lujoso palacete romano. Entonces, a mediados de 1914, cuando el trabajo comenzaba a decaer por la Gran Guerra, decidió abandonar a su marido, su casa de Roma, que tanta fama y gloria le había traído, la escultura y regresar a Argentina.

El legado de Lola Mora en su tierra natal

En la capital tucumana, hay un recorrido turístico-cultural llamado el “Recorrido Lola Mora”, donde se pueden visitar seis lugares representativos de la escultora.

Lola Mora - Estatua De La Libertad
Estatua De La Libertad hecha por Lola Mora en la plaza Independencia de San Miguel de Tucumán
(PhotoCredit: Facebook Esculturas y Monumentos)

1. Estatua de la Libertad: escultura realizada por Lola Mora. Emplazada en la Plaza Independencia de la Ciudad de San Miguel de Tucumán, desde 1904.
2. Sobrerelieves conmemorando Revolución de Mayo 1810 y Declaración de la Independencia 1816. Son 2 obras que fueron encargadas a Lola Mora por el Gobierno Nacional con motivo de la completa remodelación de la Casa Histórica de Tucumán.
3. Busto Homenaje Plaza de los Congresales. Es un busto en homenaje a Lola Mora.
4. Obras pláticas en Carbonilla. En el museo Histórico Provincial, “Presidente Nicolás Avellaneda”, se encuentran los retratos a la carbonilla de los 24 gobernadores tucumanos, realizados por Lola Mora, los que le valieron la beca para estudiar pintura y escultura en Italia.
5. Estatua Homenaje a Alberdi. Ubicado en la plaza homónima de la capital tucumana.
6. Tumba en el Cementerio del Oeste. Allí descansan los restos de la escultora tucumana. Es el campo santo más antiguo de la ciudad, inaugurado en 1872, allí descansan los restos de muchas de las personalidades que hicieron la historia política, económica y cultural de la provincia.

PhotoCredit imagen de portada: Facebook Casi Todo Compras

La influencia italiana en la vida de Lola Mora ultima modifica: 2020-08-21T08:00:00-03:00 da Gaston Atonur

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