Como es posible suponer, tras una breve reflexión, las ciudades que habitamos hoy en día fueron espacios muy diferentes a los que acostumbramos en la actualidad. Tanto desde sus disposiciones físicas, como desde el punto de vista social y político. En este sentido, Tucumán se nos presenta como un territorio efervescente a lo largo de la historia argentina. Clave no solo como el escenario de la Independencia y sus sucesos antecedentes, sino también clave en las luchas entre unitarios y federales. Así como también lo es en la actualidad. Hoy tomaremos a quien gobernara la provincia, líder clave de la Liga del Norte, y padre del presidente Nicolás Avellaneda, Marco Manuel Avellaneda.
Marco Avellaneda en las calles de la provincia
En las calles contemporáneas de Tucumán quedan vestigios de este personaje. Ejemplo de ello es la calle Marco Avellaneda, continuación de la calle Bernabá Aráoz, espacios de algunos trágicos sucesos. Quizás animados por el trágico final de quien inspira esta nota.
En medio de redes de intrigas, acontecidas durante los enfrentamientos de Rosas y los caudillos federales contra los unitarios, Marco Avellaneda construyó su carrera política. Estudió latín y retórica. Fue un gran orador. Recibió una beca para estudiar en Buenos Aires, obteniendo el título de Doctor en Jurisprudencia.
Avellaneda en la historia Argentina
Nació en Catamarca en 1813. Luego, su familia se trasladó a Tucumán cuando era niño. Provincia a la cual él regresó luego de finalizar sus estudios en Buenos Aires y que llegaría a gobernar con trágico fin.
Amigo del gobernador Alejandro Heredia, asesinado en 1838, Avellaneda llegó a la vida política en medio de densas intrigas entre Rosas y los gobernadores del Norte. Junto a S. Zavalía y B. Silva, había recibido una invitación del exiliado Alberdi para formar una alianza contra Rosas. Planes que, sin embargo, no fructificaron. En 1840, bajo la gobernación en Tucumán de Piedrabuena, se le retiraron las facultades extraordinarias a Rosas y se declaró una guerra. A ella se uniría Lamadrid, quien había arribado a la provincia con tareas distintas a las que finalmente cumpliría. Plegado a la “voluntad de su pueblo”, Lamadrid se convertiría en el jefe armado de la rebelión de cinco provincias.
En septiembre de 1840, nacía la Liga del Norte contra Rosas, embanderada tras las autonomías y libertades provinciales. Si bien Piedrabuena era el gobernador designado, Marco Avellaneda era el alma de ese gobierno así como de la Liga. Gran líder, quizás como consecuencia de su gran capacidad retórica. Se implementaron medidas tendientes a lograr el reclutamiento generalizado en favor de estos gobiernos liberales y en contra de Rosas. Sin embargo, otros factores políticos y económicos convirtieron a la Provincia en fácil presa de Oribe. Los ejércitos de Lavalle y Lamadrid fueron vencidos. De este modo, se inauguraba una serie de cruentos asesinatos. Luego de la batalla, Oribe pasó a degollar a todos los oficiales rendidos. Lavalle y Avellaneda lograrían huir. Aun así, ambos serían luego alcanzados y sufrirían cruentos destinos.
Cortar la cabeza y demostrar
Marco Avellaneda fue degollado y su cabeza colocada en una pica en la plaza principal de Tucumán, actual Plaza Independencia. De este modo, hoy en día, la plaza tiene una placa que recuerda el lugar exacto en el que la cabeza fue exhibida y reza “animador del pronunciamiento tucumano y de la Liga del Norte contra Rosas por la organización del país”. Es acto y símbolo de una época. Quizá todos los lugares inauguran su historia en hechos violentos. Porque qué es, sino esa violencia, la que espera alerta a la vista de todos los espectadores. La placa, en uno de los laterales de la plaza, condiciona aún hoy nuestra memoria y sus recorridos. La idea de “organizar el país” aún es parte de nuestro presente.
Autora de la imagen de portada: María Gabriela Cisterna
Muy linda nota 🤗
😮
Qué interesante!