El trabajo de Martino Di Benedetto es un claro ejemplo de cómo puede manifestarse el amor a Italia desde otra parte del mundo. Su vida toda estuvo dedicada a difundir aquella cultura, primero en un programa de radio y en la televisión, después. Nos pusimos en contacto con Graciela, su hija, quien desde su óptica teñida por el cariño nos acerca la historia de su papá. Hoy los invitamos a leer la primera parte de esta nota, para conocer los primeros pasos como locutor de Martino.
La familia Di Benedetto llega a Argentina
Martino nació en Tucumán en 1926. “Fue hijo de un hogar italiano, mis abuelos eran Antonio y Vita. Ellos ya habían tenido hijos en Italia, y mi papá fue el último”. La venida a Argentina no fue fácil, pues Antonio y Vita tuvieron que separarse por un tiempo. Ella se quedaría algunos años en Centuripe (Sicilia), y mientras tanto él se instalaría en Tucumán junto a otros italianos. Habría que esperar para el reencuentro, y como dice Graciela: “acá los abuelos tuvieron que levantar la familia”.
Antonio Di Benedetto abrió una relojería y se desempeñó en ese rubro. Nos cuenta Graciela que su abuelo era quien arreglaba el reloj de la catedral. Hoy en día, ella tiene relojes y piezas antiguas en su casa. “Algún día me tengo que poner a clasificarlas”, comenta.
Autora: Graciela Di Benedetto Puerto.
Dado que el hermano de Antonio y su familia continuaron viviendo en Italia, “hoy tengo parte de mi familia dispersa por el norte de ese país”.
Podríamos decir que Martino Di Benedetto por primera vez fue consciente de lo que podía lograr con su voz en la pintoresca Plaza Yrigoyen. Un comerciante había decidido musicalizar con tango las noches tucumanas, para atraer más gente al lugar. Quien presentaría ese ciclo sería nada más ni nada menos que Martino, quien entonces tenía 22 años y además trabajaba como celador en el Colegio Nacional.
Una audición inesperada, nuevo comienzo para Martino Di Benedetto
Aquel año fue importante para él. En noviembre se abría una nueva radio en Tucumán y una inédita oportunidad: Radio Splendid. Animado por un compañero de trabajo, Di Benedetto se presentó a una prueba de voces. A diferencia de los otros aspirantes, Martino no había tenido meses de preparación y práctica intensas, lo suyo fue bastante espontáneo. Aun así… ¡a lo mejor lo contrataban!
“Cuando terminó de leer preguntó cómo lo había hecho, a lo que le respondieron que mal. Pero si les sorprendió que no se hubiera entrenado”, relata Graciela. Por este motivo la persona a cargo de las audiciones, Pascual Strassa, decidió darle la oportunidad.
Autora: Graciela Di Benedetto Puerto.
El programa a su cargo fue “La hora italiana”, y sin dudas era la persona indicada: “adentro de su casa el italiano era el idioma que se hablaba” nos cuenta Graciela. Entonces… ¿Cómo se vivió este logro en su familia? Lo mantuvo en secreto mientras pudo, pero no por mucho tiempo. Su programa se transmitía miércoles y viernes de 22 a 23 horas, “digamos que él cerraba la transmisión, y su mamá –Vita- lo empezó a retar porque volvía muy tarde a casa”. Así es que Martino le contó de su nuevo trabajo, pero al escucharlo Vita no lo reconoció y ¡llegó a pensar que su hijo le estaba mintiendo!
Los comienzos de La hora italiana
Martino Di Benedetto terminó trabajando 31 años en Radio Splendid, y llegó a estar cargo de la dirección artística. Cabe mencionar que algunos artistas como Mercedes Sosa comenzaron su carrera allí, por poner solo un ejemplo. “Mi papá me contaba cómo ella llegaba corriendo de la escuela a la radio”, comenta su hija. Por otro lado, cuenta Graciela que se mudaron a un edificio justo al lado de donde quedaba la radio. Tal era su compromiso y vocación.
En cuanto a su programa radial, este tuvo muchísimo éxito. Personas que habían vivido parte de su vida allá o que tal vez tenían familia italiana, se deleitaban escuchando a Martino describir lugares del aquel país y aprendiendo el idioma por fuera de lo académico.
Los viajes a Italia de Martino
Di Benedetto, el hombre a cargo de “La hora italiana”, durante toda su vida, se siguió empapando de aquella cultura. “En total hizo aproximadamente 60 viajes: primero en barco y más tarde en avión”. Siempre iba en busca de material para el programa, por ejemplo, en busca de discos musicales. Cuenta Martino en una entrevista para La Gaceta, que al principio los viajes en barco tardaban 18 días pasando por diferentes puertos. Hoy nos cuesta imaginar una travesía tan larga, si en menos de 24 horas podemos estar del otro lado del Océano Atlántico.
Su familia también lo acompañó muchas veces. Graciela relata que en una oportunidad, se quedaron por 4 meses en Italia, y es cuando Martino recibió una importante oferta de trabajo. Él finalmente decidió no tomarla, no quería dejar Tucumán: “mi papá nunca quiso traicionar a mis abuelos ni alejarse de ellos”.
Autor imagen destacada: Facebook José Lazarte.
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