Antiguamente, la pintura y la escultura se consideraban artes en el sentido de actividades de intervención humana, no natural. Tanto la techné griega como las ars latina incluían, además de las ya mencionadas pintura y escultura, carpintería, orfebrería, medicina, entre otras. Estas diversas disciplinas se asociaban a un saber hacer. Al manejo y conocimiento de una técnica particular. En esta línea, la encuadernación es una actividad que se remonta largo tiempo atrás. En esta nota entrevistamos a Paula Rojas, quien se dedica a ella en Tucumán.
Los libros en el tiempo
El libro es un objeto en el que su tiempo puede leerse. Es decir, excediendo su contenido, una historia social del libro da cuenta de los procesos de su contexto. En primer lugar, el paso del libro como objeto restringido a unos pocos, al libro accesible a las personas en general. Con la invención de la imprenta y la reducción del analfabetismo, este objeto dejó de ser suntuario en su sentido más restrictivo y elitista. Las nuevas tecnologías que influyeron en la inserción social de objetos diversos, tuvieron sus consecuencias en el rol que el libro-objeto cumpliría a través del tiempo. Así, el auge del mercado en el último siglo, daría lugar a la correspondiente industria editorial, desligando al libro de una suerte de aura agregada que le habría correspondido antaño.
Distanciando, al igual que en otros bienes, el proceso de su hechura del sujeto usuario. Sin embargo, como contrapartida a la lógica de producciones masivas y desligadas del objeto, de distanciamiento entre el producto y el consumidor, tanto editoriales independientes como consumidores particulares prefieren la encuadernación manual. A este respecto. Paula Rojas nos cuenta sobre su proceso productivo y el inicio de su interés por este tipo de encuadernación.
Paula Rojas, sobre la encuadernación
Entre 2016 y 2017, Paula Rojas comenzó con el proyecto editorial Monoambiente. A partir de esta experiencia y del contacto con los libros, descubriría que su interés se centraba en la materialidad de ellos. Luego, Paula enfatiza con entusiasmo sobre la posibilidad de hacer un objeto de principio a fin. De estar presente en todas las etapas de su realización y en el deseo futuro de involucrarse, incluso, en la fabricación del papel. Una lectura de nuestro tiempo también puede hacerse a partir de estos objetos, como del libro en toda época. A partir de una necesidad de acercarse, de sentir, que algo en su totalidad con las propias manos, puede realizarse. Ella nos cuenta, además, que luego descubrió que su abuelo fue imprentero. Una inexplicablemente transmitida herencia. La encuadernación completamente manual está quedando en desuso. Las necesidades de consumo exigen que el proceso se automatice.
Sin embargo, la tarea de la que hablamos otorga valor agregado al objeto. Así, Paula Rojas creó el emprendimiento Polirubro. Donde trabaja con la encuadernación y restaura algunos libros ya existentes. El trabajo requiere precisión y creatividad, los oficios han reflotado en los últimos años, probable reflejo de algunas necesidades contextuales. Entre ellas, la principal, conocer el modo en que se fabrican las cosas que llegan a nosotros.
Entre hilos para las costuras y papeles de gramajes diversos, ella dice “el papel no caduca”. No será reemplazado como soporte hasta volverse obsoleto. De esta forma, tras tal contundente afirmación, volvemos. Las horas empleadas, el material, la técnica; todos elementos constitutivos del libro que comunican con lenguaje propio su sentido.
Autor de portada: Facebook polirubro.encuadernaciones
¡Muy interesante!