La inmigración italiana no solo impactó fuertemente en muchas costumbres argentinas, sino que también influyó en su arquitectura. En Tucumán existen diversos edificios que tienen una “arquitectura italianizante”. Te invitamos a descubrir más en esta nota.
Arquitectura italianizante
Italia es conocida por sus enormes avances técnicos en arquitectura, como lo fueron la construcción de arcos, cúpulas y estructuras similares durante el Imperio romano. La arquitectura de Italia también ha tenido una profunda influencia en el mundo. Tal es así, que podemos hablar de arquitectura italianizante, expresión empleada para describir las construcciones extranjeras que se hacen acorde a los gustos y estilos italianos.
Cuando se produce la llegada masiva de inmigrantes a Argentina, a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, la típica casa colonial fue reemplazada por otras concepciones. Comienza a popularizarse la conocida casa chorizo, construcción que se adaptaba a las necesidades de los núcleos familiares extensos y a las características de los lotes disponibles.
Con el arte y las técnicas arquitectónicas italianas, la arquitectura argentina adquiere un nuevo refinamiento y perfección. El estilo italianizante tuvo su apogeo entre los años 1830 y 1880. Representó la transición entre el estilo colonial, heredado de las tradiciones española y lusitana, y el academicismo francés que dominaría la arquitectura en el país hasta la década de 1930.
Por las calles de San Miguel de Tucumán
La capital tucumana no estuvo exenta de poseer algunos característicos edificios con esta arquitectura italianizante. Un ejemplo es la Casa Padilla, declarada monumento histórico nacional en 2001. Perteneció a la familia Padilla, una familia tradicional de Tucumán y se encuentra en el corazón de la ciudad. Se construyó hacia 1860 y es uno de los exponentes más notables de la arquitectura italianizante de la época. En su frente podemos encontrar cornisas, molduras, y rejas de hierro forjado.
Asimismo, la Federación Económica de Tucumán fue construida a mediados del siglo XIX, bajo la influencia de la arquitectura italiana de la época. En un primer momento, fue la residencia del gobernador Federico Helguera (1824-1892). Su actual aspecto españolizado data de 1924, cuando su yerno, el doctor Ricardo Frías, contrata al arquitecto español José Graña para realizar una remodelación de la vivienda. Graña respetando la construcción originaria, conservó la estructura variando el sentido funcional de la casa y su ornamentación.
Otro ejemplo es la Casa de Gobierno de la provincia, caracterizada por una combinación de Barroco francés con toques italianizantes y algunos adornos de Art Nouveau. Fue inaugurado en 1912 por el gobernador José Frías Silva y el Presidente Roque Sáenz Peña.
¿Lo sabías?
El Correo Central es otro ejemplo, combinando rasgos románicos y góticos de la arquitectura medieval europea. Su torre que tiene una fuerte semejanza con el Palazzo Vecchio en Florencia. Podemos hablar también de la “Villa Orense”, ubicada en la calle muñecas 1456 de San Miguel de Tucumán. Presenta un diseño estilo italiano, similar al correo central pero aplicado a una vivienda particular.
Autor: Paula Lorini
Así podemos recorrer más edificios característicos como la escuela José Mármol ex Federico Moreno; la iglesia y convento de San Francisco; la biblioteca Juan Bautista Alberdi; el teatro San Martín que presenta un diseño en forma de herradura al igual que los teatros italianos, y seguir nuestro camino maravillándonos continuamente con la rica historia arquitectónica de nuestra provincia.
