Despertar una mañana con el dulce perfume de los azahares procedentes de naranjos en flor no solo es un lujo que tienen quienes abren sus ventanas en pueblitos de Italia. Los tucumanos también podemos disfrutar de esta maravilla.
Los naranjos en Italia
Los cítricos llegaron a Italia de la mano de los árabes alrededor del año 850 a.C. Entre los siglos XVIII y XIX, Sicilia se convirtió en un lugar estratégico para el cultivo y el comercio de cítricos, así como en un punto de referencia mundial para la producción de naranjas.
En Roma, nos encontramos con el misterioso Jardín de los naranjos dentro del Parco Savello que se extiende por una de las siete colinas. Aquí se combinan naranjos y los inconfundibles pinos romanos. Una antigua leyenda nos cuenta que uno de los árboles tiene poderes mágicos, aunque está totalmente prohibido tomar los frutos que crecen en el parque. El Jardín de los Naranjos fue, inicialmente, el huerto de los monjes dominicanos. En realidad, el árbol mágico del que habla la leyenda se encuentra plantado en el claustro de la iglesia de Santa Sabina, visible solo a través de una apertura en la muralla que lo protege.
Siempre decorando nuestras calles
Entre los años 1550 y 1800 solo existían algunos árboles de naranjas agrias y dulces alrededor de las casas de Tucumán y no como plantaciones comerciales. Cerca del 1900 ya era un suceso destacable la floración de los naranjos en septiembre y su particular aroma.
No solo alegran la mayoría de nuestras calles, sino que también son una de las características más notables de la Plaza Independencia, cuyo perímetro está bordeado por tres filas de naranjos desde 1870.
Este árbol conocido vulgarmente como Naranjo Agrio (citrus aurantium) es una de las especies más aconsejables para formar parte del arbolado urbano de San Miguel de Tucumán, al igual que el Pata de Vaca (Bahuinia Variegata) y el Paraíso según consideraciones de la Guía de arbolado de Tucumán.
Los naranjos en Tucumán
Desde el año 2001, se eligieron 18 árboles notables en Tucumán, para honrar a la flora y la fauna presente en la Provincia. En el año 2006 el naranjo obtuvo esta distinción. Es parte de nuestra cotidianeidad ver estos árboles cargados de frutos. Se estima que cada uno produce en promedio unos 70 kilos de naranjas por temporada. Su fruto es agrio, debido a la presencia de un compuesto orgánico llamado neohesperidina. Algunas personas los aprovechan para preparar deliciosas mermeladas caseras y jugos, hasta que son cosechados por un grupo de emprendedores a quienes el Municipio de la Capital les cedió la recolección de naranjas agrias para la elaboración de dulces artesanales.
Los naranjos son una parte fundamental de la ciudad. Son un fragmento de nuestros recuerdos, de nuestra infancia y de nuestra vida y nos corresponde, como ciudadanos, respetarlos y cuidarlos en todo lo que nos sea posible. Nuestros pequeños actos contribuyen a formar el mundo que siempre quisimos.
