Si hablamos de Vin Brulè muchos empezamos a pensar en el frío invierno, en una frazada abrigada y una cálida compañía. Se trata de una bebida muy conocida en el norte de Italia, que también podemos encontrar en otros países de Europa. Si todavía no conocen esta deliciosa tradición, los invitamos a descubrirla en esta nota.
Sabías que…
Esta preparación es conocida en Italia como Vin Brulè y muchos descendientes la mantienen viva en Argentina. Es muy conocido también bajo el nombre de Glühwein.
Los orígenes del Vin Brulè
Su origen no se conoce con certeza, pero se puede remontar a la época de los romanos, de la mano de Marco Gavio Apicio y su libro De re coquinaria, que contiene una colección de recetas y secretos culinarios y donde se puede apreciar una preparación de vino especiado muy similar al consumido actualmente.
Se considera que surgió debido a que los vinos que se producían eran ácidos por la falta de maduración de las uvas, y de esta forma podían transformarlos en una bebida perfecta para acompañarlos en los inviernos más crudos.
Una tradición
Es común que en países europeos donde las temperaturas suelen ser muy bajas, aparezcan infinidad de oportunidades para comprar en la calle un vaso de esta bebida caliente. Usualmente se consume en invierno, motivo por el cual puede encontrarse en los mercaditos navideños.
Es considerado por muchos como una medicina natural cuya receta atravesó generaciones. Esta reputación se debe a sus ingredientes, como la canela, el clavo de olor y el limón, siendo utilizado para aliviar principalmente gripes y problemas respiratorios. Muchas familias italianas e ítalo-argentinas consideran que es ideal consumirlo de noche, antes de dormir y así al día siguiente vamos a sentirnos mejor.
Vino que llena el alma: Vin Brulè
Podemos encontrar muchas variaciones para preparar esta bebida con cuerpo y alma. La realidad es que ésta puede adaptarse a los distintos paladares, y seguir conservando su esencia.
Compartimos con ustedes la receta más conocida.
Ingredientes: 1 litro de vino tinto, ralladura de un limón, dos ramas de canela, una pizca de nuez moscada, 100 gramos de azúcar, ocho clavos de olor y anís estrellado.
Pueden realizarse infinidad de variaciones: podemos agregarle otros ingredientes como ralladura de naranja, cardamomo, ron, se puede utilizar azúcar o miel y modificar las cantidades para complacer los diversos gustos. También es común, que se utilicen los cítricos cortados en rebanadas finas.
Todos los ingredientes se colocan en una olla y se lleva a ebullición, mezclando eventualmente. El objetivo es conseguir que el alcohol se evapore casi por completo. Tradicionalmente cuando comienza a hervir, se prende un fósforo sobre la mezcla para que la evaporación del alcohol sea realmente efectiva. La llama que provoca es una imagen impactante para aquellos que no están acostumbrados a ver el proceso de preparación de esta bebida. Al preparar el Vin Brulè sus casas van a llenarse de perfumes cítricos y especiados, perfectos para una noche fría de invierno, como las que estamos viviendo actualmente en Tucumán. Los invitamos a probar nuevos sabores y sumar una nueva tradición. Que nunca falte la calidez y paz que esta bebida representa para muchos de nosotros.