El Conservatorio Provincial de Música de Tucumán es la primera institución musical del país. La primera institución en cuanto a su establecimiento orgánico y con un plan de estudios reconocido por el estado argentino. Te contamos un poco de su historia y cómo forma músicos profesionales al día de hoy.
Conservatorio Provincial de Música
A decir verdad, este nombre data de mediados de la década del ’50, ya que en su fundación se llamó “Academia Provincial de Bellas Artes”.
Dicha fundación se llevó a cabo en el año 1909, por lo que es la institución de formación musical mas antigua de la Argentina, si se piensa que el conservatorio nacional se fundó solo hasta el año 1924.
Unos años más tarde, a este nombre se añadiría el de la prestigiosa escultora tucumana Lola Mora, hasta la fecha en que se sustituyó por el nombre actual de “Conservatorio Provincial de Música”.
Desde hace más de un siglo, esta casa de estudios forma músicos académicos con un orgánico plan de estudios.
La calidad y calidez de los profesores suple las carencias que sufre la institución, transmitiendo el saber musical.
El conservatorio en la actualidad
Desde sus inicios, el conservatorio parece estar signado por un mal hado. Constreñido a ser una institución itinerante, sin un edificio propio y adecuado a sus fines propios.
En el año 2008 el edificio, ubicado en calle San Martín 1049, sufrió un colapso estructural. Por esta razón, se consideró oportuna la mudanza provisoria a la avenida Brígido Terán 350, donde funciona actualmente.
Algunos recordarán que esta dirección era la del antiguo aeropuerto de Tucumán. Así es, ahora lo ocupan pianos e instrumentos de varios tipos.
Lo que en un principio fuera provisorio parece haberse transformado en algo permanente, tristemente permanente.
Una triste realidad, porque los ruidos de turbinas fueron suplantados por el de los motores de la terminal de ómnibus que se encuentra al lado.
Colectivos de larga distancia y el típico rumor de toda estación terminal hacen muy difícil la enseñanza y aprendizaje de la música.
Un conservatorio exige instalaciones adecuadas, así como una facultad de química no sería tal sin un laboratorio. Acondicionamiento acústico de las salas, instrumentos adecuados y afinados y un auditorio (entre otros detalles) son elementos indispensables para la formación musical. Esto, y una mínima garantía de seguridad para los alumnos que se desplazan hasta allí con sus instrumentos, blanco seguro para los asaltantes que merodean la zona.
La música es cosa seria
El Conservatorio Provincial de Música forma excelentes instrumentistas, cantantes y musicólogos, a lo que hay que agregar la danza.
Tal vez, la raíz del problema sea el menosprecio hacia esta disciplina, cuando no hacia quienes la ejercen y se perfeccionan en ella.
Para la Grecia clásica, la música goza de la categoría de ciencia. Pertenece al orden de lo divino, de lo teándrico; pues son las musas las que comunican este canto a los hombres, como narra Hesíodo en su Teogonía.
Los pitagóricos la tendrán en la más alta estima, y su conocimiento se perfeccionará al tiempo que lo hace la física. Platón le dedicará sendas líneas y, durante siglos, será la ciencia más estimada, ocupando un notable lugar entre las artes liberales.
La música no entretiene, sino que forma. El concepto de música, hoy en día reducido al “arte de combinar sonidos”, abarcaba mucho más que ello. Quien se adentre en el “de Musicae” de Boecio, seguramente quedará impresionado ante la amplitud del concepto. Los efectos sensibles que pueda producir la música son apenas un céntimo de lo que es capaz de lograr en bien del individuo y, en consecuencia, de la sociedad toda.
Nuestra admiración y gratitud hacia los profesores y alumnos por la loable y excelente tarea que desarrollan.
