¿Parientes lejanos? ¿Podemos considerarlos el equivalente italiano de nuestras empanadas? La realidad es que se trata de platos muy similares, pero panzerotti y empanadas tienen orígenes diversos. En esta nota los invitamos a develar el misterio.
Panzerotti, sus orígenes
Los orígenes de este peculiar plato se encuentran en Bari, situada en la región de Puglia. Como sucede con muchas comidas italianas, tiene orígenes en la “cocina pobre”. En este sentido, aparecieron como una excelente opción para utilizar los sobrantes de la masa de pan, junto con otros ingredientes que usualmente se encontraban en los hogares italianos: mozzarella, tomates y orégano. La diferencia con una pizza tradicional fue que encerraban el relleno, dándole a la masa una forma de medialuna. Finalmente, se fríen en aceite -de oliva- y se comen calientes.
Actualmente es utilizado en toda Italia como entrada –antipasto-, para picar y matar el hambre y para acompañar aperitivos. Se convirtió en una deliciosa moda sobre todo al sur del país.
Empanadas… ¿Conocen su historia?
Se considera que sus comienzos se remontan a cuando los Moros las introdujeron en España. Llevaban esta comida como un snack, ya que era de fácil transporte y una vez cocidas, duraban varios días. Por supuesto que, a lo largo del tiempo, este plato fue adoptando ingredientes característicos de cada lugar en el que dejaba su huella.
Actualmente la empanada se cocina de diferentes formas, con diferentes rellenos a lo largo y a lo ancho de Argentina. Algunas incluyen papa, pasas de uva, carne de cordero, mondongo, pollo, cabrito, incluso carne de llama. Las podemos encontrar cocinadas al horno o fritas.
Junto con el asado, se convirtieron en una comida representativa de todos los argentinos, incluso en el mundo.
¿Panzerotti o empanadas?
Cabe aclarar que las empanadas no solo se encuentran en Argentina, sino que están presentes en toda América Latina.
Lo que nos compete entonces ,en esta nota, es aclarar las dudas con respecto al parecido innegable entre las empanadas argentinas y los panzerotti.
En este sentido podemos decir que ambos parten de la misma base. Se corta la masa en forma circular, se rellenan, se cierran y luego son fritas u horneadas.
La diferencia está en que la masa de los panzerotti lleva levadura, mientras que la masa de las empanadas argentinas no suele incluir este ingrediente. Con respecto al sabor, los panzerotti suelen recordarnos a una pizza, agregando el gusto de la fritura. Por su parte, las empanadas nos pueden sorprender con su relleno, sobre todo si no distinguimos el tipo de repulgue que la adorna para diferenciar los distintos sabores.
¿Y la receta?
En este caso, les compartimos la receta de los panzerotti para que se luzcan con los parientes italianos de nuestras empanadas.
Masa: 500g de harina 000, 285g de agua tibia, 8.5g de levadura fresca, 10g de sal, 8g de aceite de oliva y 5g de azúcar.
Procedimiento: en un bowl colocamos harina, levadura y azúcar. Agregamos la mitad del agua e integramos. Luego añadimos la sal, el agua restante y el aceite. Trabajamos la masa hasta que tenga un aspecto liso y homogéneo. Formamos una “víbora” y fraccionamos la masa en la cantidad de bollitos que nos guste (el tamaño del bollo definirá el tamaño de los futuros panzerotti). A esto lo colocamos en una asadera, los cubrimos con un repasador y los dejamos levar por al menos una hora.
El relleno
Necesitaremos: mozzarella o algún queso cremoso, salsa de tomate natural –passata di pomodoro-, sal, orégano (seco) y aceite de oliva.
En un olla colocamos un poquito de aceite de oliva y la salsa de tomate. cocinamos por 15 minutos mientras ajustamos la sal. Luego, la vertemos en un recipiente y la perfumamos con el orégano.
Una vez que nuestra masa haya duplicado su volumen, la estiramos con un palo de amasar, en forma circular y la rellenamos con el queso y la salsa que preparamos. La cerramos en forma de medialuna asegurándonos que los bordes queden bien pegados. Al sobrante de masa (en lugar de hacer un repulgue) lo cortamos con un cuchillo bien afilado para que quede prolijo. Finalmente los freímos. Cuando salgan a la superficie los damos vuelta, hasta que estén dorados de ambas caras. ¡Y por fin podremos degustar nuestros deliciosos panzerotti!
